Pero el ruido del mar no se comprende, / se desploma continuamente, insiste / una y otra vez, con un cansancio / con una voz borrosa y desganada.... [Circe Maia, 1932]
martes
Este juro que lo inventé yo...
¡A vos sí que se te pueden pedir peras, Walter!
Medio que me da un mezcla de pudor, orgullo [mucho] y risa. Como verán, este blog da para todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario